Iñaki Arteta y su libro «Historia de un Vasco. Cartas contra el olvido»

En un momento histórico sin precedentes como el que estamos viviendo y digo, sin precedentes, porque lo más parecido que he podido encontrar en la historia sobre la deshumanización y los robots está en la literatura de ficción que ya deliraba sobre la posibilidad de que el hombre se convirtiese en un robot controlado por mentes enfermas, el mejor escenario que hemos encontrado para dar, una vez más, una respuesta educativa a qué es eso de la competencia para aprender a SER está en el cine y la literatura.

Luis Emaldi Mitxelena nos ayudó a entender el origen de este arte y cómo funciona por dentro y al mismo tiempo nos daba ejemplo del desarrollo de su propia competencia para aprender a SER. Continuamos nuestro trabajo con más ejemplos que nos ayudan a enriquecer los contenidos que llevan a las personas a tomar conciencia de quién son y cuales son las actitudes ante la vida que nos llevan hacia el pleno desarrollo y consecuentemente, a aportar bienestar a la sociedad.

La similitud que hemos encontrado entre el cine y el desarrollo del Ser, es que el cine, dependiendo de su contenido puede hacernos imaginar cosas que son o parecen SER y lo que le ocurre a las personas que no trabajaron su SER como corresponde en cada etapa de la vida, es que se quedan en el PARECER, en la apariencia de Ser y tarde o temprano se les descubre y llega la decepción. La revolución de la tecnología y la imagen ha ayudado mucho a ocultar nuestro verdadero SER.

El que sabe, sabe que no sabe todo y la persona que madura en serio siempre quiere seguir aprendiendo. De esto trata nuestro proyecto, de formar para ir hacia la madurez de nuestro SER.

Diseñar contenido educativo que lleve a este aprendizaje, al pensamiento crítico, veraz, atrayente y motivador para una generación abducida por las pantallas y presionados por normativas que no argumentan el valor que hay detrás de ellas, es una prioridad si no queremos que vivan muertos en vida.

El mundo audiovisual siendo un modo de entretenimiento “mágico”, “hipnotizador» y que ha desbancado a la narración y a la escucha en las aulas, también nos ayuda a explicar cuál es el proceso por el que nuestras mentes pasan a la hora de disociar la realidad de la ficción.

Y esta vez nos acompaña la historia de un vasco, creativo, fotógrafo, director, guionista y productor de largometrajes documentales.

A los pocos días de que estuviese el libro a la venta en librerías, llegó a nuestras manos un ejemplar que nos llevó a un viaje a través del desarrollo de su competencia para Ser y que creemos merece la pena ser contado e incluido en los contenidos educativos.

Un hombre, que a nuestro entender, ha trabajado su Ser interior y le ha llevado a plasmar en la realidad todo lo que tiene dentro, consciente de que los/as jóvenes necesitan de nuestra capacidad de discernir la realidad para cambiarla y transformarla. El compromiso de Iñaki Arteta con la sociedad, su generosidad, profundidad y sensibilidad nos ha llevado a la oportunidad de compartir nuestras inquietudes con él.

El tema que nos ocupa no es nuevo. Supuestamente la escuela quiere enseñar y que se aprenda la Historia de un país para que después puedan comprender mejor hasta qué punto influye la política en las elecciones cuando depositamos nuestro voto en una urna, pero en pleno siglo XXI/21 escuchar decir a los enseñantes que siguen instrucciones de los de arriba me preocupa, a veces, me pregunto si es un DIOS del que hablan .

¿Qué podemos esperar?¿ Cual es la salud mental de los/as formadores? ¿Tienen el coraje para mirarse en el espejo de aumento que ofrece el análisis antes de evaluar a otros/as? ¿Y su juicio propio?

¿Quién es la guía para que aprendamos a hacer un buen uso del don de la libertad de elegir? ¿Hay que tener valor o coraje para tomar decisiones?

El filósofo chino Lao Tse distingue entre coraje y valor con la siguiente explicación: un hombre con valor exterior se atreve a morir, pero un hombre con coraje interior se atreve a vivir.

La educación debe ayudar a descubrir nuestros talentos, capacidades y valentía para que creamos en nosotros mismos, así como a pensar con eficacia. Por eso, en épocas de incertidumbre, adversidad, ruido, confusión y crisis como las que describe Iñaki en su libro, fortalecer el coraje se hace más necesario que nunca pero: ¿Con que contamos en la adolescencia para confiar en nosotros, en nuestras propias decisiones, en contra de lo que piensen los demás?

Así habla Iñaki del miedo y del coraje (Capítulo “Decisiones” pág,192-193):

“Ya sé lo que estás pensando, fue solo una primera y loca decisión. Es cierto. Pero fue crucial porque me abrió los ojos a la posibilidad de no tener miedo. La opción de «salirme de la raya» me sirvió para a partir de entonces tomar otras decisiones más arriesgadas. Y cuando digo «arriesgadas» no pienses que me fui de expedición al Everest. A menudo se necesita mucho más valor para elegir los caminos más cercanos De hecho pienso que el verdadero coraje no está tanto en subir un ochomil o en salvar a la chica sobrevolando los tejados de Manhattan como en tomar ciertas posturas personales menos espectaculares«.

“Como el miedo es algo que no se puede evitar desde entonces me dediqué a controlarlo. Se le puede engañar con la prometedora visión de un ascendente crecimiento personal. Por suerte, el miedo no me impidió ni entonces ni después avanzar en la dirección por la que mi intuición apostaba”.

«La verdad es que la realidad es una mierda. Siempre hay alguien sufriendo».

(pag.199)

El coraje es una aceptación de que efectivamente sentimos miedo, pero eso no es un impedimento para afrontar la situación con confianza en que tendremos la capacidad de tomar las mejores decisiones posibles en cada momento.

La valentía puede disfrazar un impulso del ego para hacer algo peligroso sin pensarlo, solo por el hecho de ser reconocido por los demás pero el tipo de valor que proponemos es más profundo y consciente: el coraje , la fuerza que nos impulsa a ponernos de pie, prestar atención y  y hacer todo lo posible mirándole la cara a la vida,  sin perder un minuto.

¿Cómo establecer un vínculo con el pasado para conectarlo con la necesidad de aspirar a dejar un mundo mejor de lo que lo encontraron al nacer?

La amplitud y profundidad de este tema obliga a algunas consideraciones previas y decisiones sobre metodología que son clave, además de la necesidad de consenso entre la familia-sociedad como ámbito educativo. La ensambladura afectiva e histórica que se cree, constituirá una burbuja sensorial para los niños y niñas que nazcan en ella. ¡ CUIDADO !

¿Cómo hacerles tomar conciencia de la necesidad de ganar autonomía personal cuando el sistema no respeta sus necesidades emocionales?

¿Cómo hacerles tomar conciencia de qué burlarse del otr@ tienen un límite y ese límite es la agresión?

El nivel de conciencia de 7 a 14 años es el social y nosotros como formadores tenemos la responsabilidad de que aprendan a pensar en plural y no en singular, tenemos que enseñarles que los otros no son potenciales enemigos que me pueden agredir sino que son personas necesitadas como yo y con los mismos derechos.

Lo más dañino para infancia, para los/as pre-adolescentes es que vean adultos/as como se insultan, se burlan, se faltan al respeto, se matan, es veneno puro para su conciencia.

Después de varios encuentros con personas que vivieron el horror del terrorismo y que padecen del recuerdo que se ha quedado impregnado en su memoria, y de leer y acceder a archivos todos relacionados con la Historia del País Vasco que nunca supimos de su existencia, nos preguntamos porqué y para qué se quiere mantener oculta la verdad. Cuanto más indagamos,  más contradicciones encontramos  y cuando se ven contradicciones se pierde la confianza en las personas que dicen gobernar al servicio del ciudadano.

Tal vez es cierto lo que decían los personajes de la novela «El caballero y la muerte«:

-De modo que cabe sospechar que existe una Constitución no escrita cuyo primer artículo rezaría: la seguridad del poder se basa en

la inseguridad de los ciudadanos.

-De todos los ciudadanos: incluidos los que, al difundir la inseguridad, se creen seguros…

Y ahí está la estupidez de que le hablaba.

-Así que estamos atrapados en una farsa…

LEONARDO SCIASCIA

Nos preguntamos: ¿Quién delira, la ficción o la realidad?

Entre todos los “Ser” que necesitamos aprender para llegar a nuestra plenitud está el aprender a SER LIBRES y tenemos las evidencias de que, de manera deliberada no está presente en los programas de la escuela, porque si de verdad se enseñase la diferencia entre SER libre y TENER libertad otro gallo cantaría. En la escuela no hay repliegue al interior, ni mística fuera de la religión. Poca gente se cuestiona qué significa Ser libre hasta que quitan libertades y muchos ni han tenido la oportunidad de cuestionárselo porque han perdido la vida.

En “Historia de un vasco” : Cartas contra el olvido, hemos confirmado, una vez más, que lo miedos que acechan en la pre-adolescencia y juventud, así como la falta de una actitud adecuada por parte de los formadores para ayudarles a combatirlos, junto con la presión del ambiente socio-cultural de cada momento histórico, hace que los miedos propios de esta etapa de la vida se multipliquen.  Ser sensible al horror no es una debilidad y no se debe normalizar porque lo único que conseguimos es una sociedad enferma. La muerte se ha convertido en un espectáculo más en los medios y eso es una aberración.

También nos hemos reafirmado en que la grandeza del Ser está en Ser uno mismo/a todo el tiempo y en nuestro compromiso de ayudar a desarrollar esta capacidad en aquellos y aquellas que se atreven a adentrase en lo desconocido, porque hasta que no entras en lo desconocido, no sabes de que estás hecho/a.

Iñaki Arteta, un placer.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies