Llevamos más de dos décadas entrando en un cambio social y educativo tan profundo que para comprender lo que está ocurriendo nosotros mismos como educadores nos hemos tenido que perder para volvernos a encontrar, pero reencontrarnos primero con la persona auténtica que estaba detrás del educador/a, con nuestro auténtico YO y así poder mejorar como profesionales y encontrar el equilibrio entre lo que sabíamos y lo que sabemos ahora.

Intentar mantener el equilibrio es una hazaña, pero empecemos por describir qué es el equilibrio desde un punto de vista menos reduccionista del que estamos acostumbrados.

Ya en nuestro video Yo soy agua- Parte I, el psicoterapeuta-osteópata Santiago Úbeda Carrillo que ha colaborado en enriquecer  nuestro proyecto  educativo “el agua nuestro refugio embrionario» nos habla de forma sencilla, entre otros, sobre la “homeóstasis”  y nos daba un ejemplo de cómo funciona a través de un ejercicio de Aikido en el que  pone de manifiesto  la interrelación procesos químicos que se da entre las células, el agua y nuestro vida cotidiana.

Comprender este planteamiento no está al alcance de cualquiera ya que la educación impuesta hasta ahora en Occidente sigue tratando al cuerpo y la mente como “entes” separados, al igual que la medicina tradicional.

La prueba está en que enfermamos y no tratamos de comprender porque lo hacemos, preferimos delegar nuestra salud en otros antes que hacernos responsables nosotros/as mismos/as de cómo mantenerla.

Todos queremos una solución pero poca gente  quiere ahondar en el problema y ver cual es la naturaleza del mismo.

¿Y qué puede hacer la educación por ayudar a integrar esta idea de unión y responsabilidad en el mantenimiento de ese equilibrio?  Pues hay varias maneras y nosotros hemos comenzado fundamentado nuestra práctica en la educación en positivo.

La Educación Positiva a la que nosotros nos referimos hace más de 20 años que se empezó a introducir en España donde la mayoría de los datos provienen de estudios hechos en la búsqueda de la excelencia dentro de la empresa privada y en el desarrollo de la Calidad total.

Son tantas las “pedagogías innovadoras” que bombardean el mercado, que se nos pasa por alto que tras la nueva tecnología y tanto artefacto moderno aún está vigente la educación tradicional, ese educar por oído y no nos planteamos que se puede aprender a educar de forma más eficaz. Pero la insistencia del sistema en teorizar sin dar tiempo para integrar los conocimientos a través de la práctica y en una Era en la que los dispositivos invaden los hogares y la falta de contacto social hace que las relaciones sean superficiales y generen falta de conciencia social, hace que hayamos puesto especial importancia en desarrollar la comprensión de la naturaleza del Ser humano de forma más profunda a la que estamos acostumbrados.

No hay duda de que cuando nos encontramos en un estado de ánimo agradable, nuestro cuerpo y mente funcionan lo mejor posible. ¿Pero de donde viene la energía para que eso ocurra?

Una de las maneras más sencillas de ver esta experiencia humana es aprendiendo cómo funciona nuestra química, una química que cambia si estamos alegres, tristes o tenemos miedo, por poner un ejemplo. Sabiéndolo, lo eficaz es coger este privilegio de la naturaleza de nuestras experiencias y manejarlas nosotros/as mismos/as porque cuando tratamos de manejarlas en el mundo exterior hay muchas fuerzas que tratan de romper nuestro equilibrio y no colaboran.

Lorauts/ Polen

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies