Tras la pista de la responsabilidad.

Para ayudar a entender que significa “Infusion”, término  propuesto  por Robert Swartz ( director del NCTT) para nombrar la Integración del pensamiento crítico en los contenidos curriculares, nosotros /as mismos/as decidimos comenzar por poner como ejemplo nuestra propia experiencia y explicar lo que significó revisar nuestra forma de pensar y las incoherencias con las que nos encontramos a la hora de afrontar esta labor, ya que  estábamos contaminados de prejuicios y  creencias y  además no conocíamos profundamente  ni teníamos la práctica de lo que  significaba aprender a  pensar “BIEN”

Conocer cómo piensa uno/a es un largo viaje por recorrer ya que en primer lugar hay que analizar las distintas etapas evolutivas por las que pasamos y ver cómo han influido el entorno cultural y las creencias en las que hemos vivido para saber cómo hemos configurado nuestro SER.

A ese viaje le hemos llamado seguir la pista de nuestra responsabilidad porque cada paso que hemos dado y damos deja una huella indeleble en el entorno con el que nos relacionamos.

Por eso, hoy vamos a abrir una vez más una ventana diferente a lo que la educación tradicional y exclusiva, aún vigente, nos ofrece, una ventana hacia un paisaje donde encontrarnos y reconocernos en cada etapa de desarrollo y que nos arroja mayor comprensión sobre el nivel de competencia para aprender a Ser que tenemos y cuanto nos queda por aprender, en definitiva, una ventana que invita a tener una mente abierta a todo y que no se apega a nada.

Vamos a compartir un pequeño resumen de lo que nuestra experiencia como maestros/as de infantil, primaria y como formadores de formadores nos ha ayudado a integrar la enseñanza de pensamiento crítico y creativo en los contenidos escolares.

Todo comienza tras el nacimiento, al nacer entramos en una explosión de aprendizaje a toda velocidad, aprendemos a hacernos conscientes de cómo controlar nuestro cuerpo y darle sentido a todos los datos sensoriales que fluyen desde los 5 sentidos incluido las sensaciones corporales percibidas a través del sistema nervioso somático.

Entre los 6 meses y los 8 meses comienza a emerger el sentido de la exploración y del preguntarse, el placer de aprender algo nuevo empieza a verse visible en el brillar de los ojos de los niños y niñas y si ese entusiasmo lo ve reflejado de vuelta por quienes le cuidan, su aprendizaje se acelera si no se torna oscuro y va más lento. Así es como lo explica la Teoría  del apego,“Attachment theory” aportada  por John Bowlby.

A medida que las emociones se empiezan a formar y pasamos a la siguiente etapa de desarrollo, entre el 1 año y los 18 meses en el que vemos la vida desde nuestra propia perspectiva, comienza a surgir el lenguaje, aprendemos a hablar y la personalidad empieza a formarse y crecer. Empezamos a escuchar el “NO “, se nos establecen límites al mismo tiempo que mostramos un sentido de la posesión tenaz, “mío” está muy presente en nuestro vocabulario y vemos como el mundo gira a nuestro alrededor.

 Aproximadamente a partir de los 4 años sufrimos un cambio importante en el comportamiento y ya tenemos una personalidad más firme.  En esta etapa emerge la perspectiva de una segunda persona, es decir somos capaces de tener nuestra propia perspectiva de cómo es el mundo y al mismo tiempo somos capaces de ver que alguien más piensa y siente y podemos comenzar a reflexionar sobre ello.

Nos enseñan normas culturales “etnocéntricas” del grupo donde hemos nacido, es decir, normas en la que se cree que la gente, las costumbres y las tradiciones de la raza mayoritaria o nacionalidad son mejores que las de otras razas.

Si hemos nacido en una cultura religiosa aprendemos las reglas religiosas, si nacemos en una cultura científica aprendemos las reglas de la ciencia materialista y decimos materialista porque su objetivo es el conocimiento objetivo, que es el que se puede medir y transmitir con independencia del observador.

Si nacemos en una cultura posmoderna, aquella que agrupa pensamientos que desarrollan una fuerte crítica a la tradición y la racionalidad propias de la Modernidad occidental aprendemos las reglas de la igualdad, a ser bueno y evitar conflictos, enfado. Así que, cuales quiera que sean las reglas por las que nos guiamos los padres y madres, vamos a pasar estas reglas a nuestros hijos/as en una edad muy temprana y continuará hasta la pubertad.

A los 14 o 15 años ya tenemos una vasta cantidad de conocimiento y nace una tercera perspectiva en nosotros, tenemos la capacidad de decidir racionalmente lo que queremos y no queremos creer y que valores queremos sostener y a menudo es fuente de conflictos con los adultos/as.

Alrededor de los 18 años cuando salimos de casa para estudiar a la Universidad u otras instituciones entramos en una cuarta perspectiva, ya hemos desarrollado la capacidad de ver el contexto cultural real donde existen las normas y ahora las comparamos con otras normas culturales diferentes y sistema de valores  y comparamos de forma que tenga sentido pero es aquí donde surge la confusión: ¿Qué sistema de creencias y valores posee la verdad sobre el bienestar de la personas?

Si no eres curioso/a y  no has aprendido a pensar por ti mismo/a puedes continuar tu vida en continuo conflicto, responsabilizando a los demás de todo lo malo que te pasa o por el contrario averiguar cuáles son tus propios prejuicios derivados de la educación recibida y configurar ese sistema de valores en el que eres capaz de asumir la responsabilidad del impacto que tiene tu forma de actuar en los demás, así como aprender a identificar a las personas que pretenden responsabilizarte de sus propios conflictos, eso signo de madurez  y crecimiento.

En conclusión, la responsabilidad no es simple obediencia sino que implica tomar decisiones, llevarlas adelante y asumir todo lo que venga detrás y así evitar las conductas capricho que están vinculadas al bienestar de cada momento. pero esa toma de decisiones es un proceso amplio de pensamiento que implica el manejo de un numeroso abanico de habilidades de pensamiento que hay que conectar y que hay que aprender.

Nos enfrentamos a un periodo en la historia de una sociedad que se caracteriza por un Nuevo Orden de las cosas y que ha comenzado con un suceso inquietante :el secreto que esconde la aparición del “Covid 19” ,satélites 5 G que ya cubren gran parte del planeta ,tecnócratas que asumen el poder y archivos clasificados que salen a la luz, creemos, son razones de peso como para cuestionarse la falta de libertad que nos han impuesto.

También sabemos que esto acaba de empezar y los acontecimientos se suceden muy deprisa, pero también creemos que aún tenemos la oportunidad de aplicar el pensamiento crítico respecto a la idea de si conectar nuestro cerebro a la inteligencia artificial es una buena idea y tomar una decisión al respecto porque quien controla la inteligencia artificial terminará controlando nuestro pensamiento. Un claro ejemplo es el control que ya existe sobre gran parte de la población a través de los productos creados de consumo y entretenimiento pasivo y adictivo, sin olvidar esa tecnología inteligente que tanto éxito tiene y que con la excusa de facilitarte la vida piensa por ti .

De momento nuestra decisión es seguir utilizando nuestro cerebro de forma independiente, asumiendo los errores propios de nuestra naturaleza humana y utilizarlos para mejorar la practica educativa.

“No hay que olvidar que la duración de nuestra modernidad es desdeñable si se le compara con los tres millones de años de vida de nuestra especie. La humanidad actual, aunque haya llegado a algún nivel de reflexión, me parece todavía muy joven. Gran cantidad de dificultades de nuestro siglo provienen de que hay mucha población que sólo posee una información muy reducida acerca del mundo”

Yves Coppens (1996) .»La plus belle histoire du monde. Les secrets de nos origines.»Paris

Hoy os dejamos unos 5 min de una realidad educativa que ya es un hecho, prepárense para lo que viene y juzguen por ustedes mismos.