«¿Y ahora qué hacemos?» es la pregunta que se ha hecho una aprendiz al observar la pieza de arte que veis en la imagen de hoy. ¿Y por qué se hizo esta pregunta la observadora? ¿Qué revela al hacer su pensamiento visible?
El uso de rutinas de pensamiento, al igual que otras rutinas como la higiene o alimentación, se puede aplicar a variedad de contextos y permite investigar y trabajar cualquier área de estudio consiguiendo con ello una mejor comprensión.
Basándonos en la misma imagen, os preguntamos: ¿Quién creéis que tiene la respuesta a esa pregunta, si es que la tiene?
Nosotros pensamos que la respuesta la tiene la persona que muestra capacidad de liderazgo o lo que es lo mismo, competencia para aprender a Ser, por eso las dos líneas de trabajo que utilizamos para ayudar a averiguar nuestra identidad y así poder desarrollar esta competencia clave, se basan en la observación del desarrollo evolutivo en sus diferentes etapas y su expresión.
Teniendo en cuenta que las personas aprendemos por tres vías: la observación, la práctica y la reflexión, hemos puesto especial cuidado en la vía de lo que observamos y hacemos para poder llegar a nuestras propias conclusiones.
Como seres humanos contamos con un periodo muy largo de aprendizaje hasta que podemos sobrevivir sin ayuda, así que ayudar a descubrir cuales son nuestras capacidades y lo que nos hace únicos en la etapa de desarrollo correspondiente es de vital importancia.
En una Era marcada por la falta de calidad de vida, os dejamos lo que entendemos es un objetivo prioritario en nuestro espacio de enseñanza-aprendizaje: asegurarnos de que los/as aprendices estén motivados/as.
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